Los primeros días en un campamento de verano no son, generalmente, sencillos. Todo dependerá del carácter del niño y de su experiencia fuera de casa, pero si es la primera vez que salen o no están acostumbrados a ello, puede costar.
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La verdad es que una vez pasados estos días de mayor “crisis” todo suele ir sobre ruedas. A veces pasa que los chavales tienen demasiada dependencia de los padres y esto hace que separarse de ellos sea un poco sacrificio.
Pero todo reto implica superación, y por eso los primeros días del campamento de verano serán todo un desafío para estos niños que no lo ven como tarea fácil. Pueden caer en la derrota, llorar, no integrarse, estar mal, o por el contrario (y generalmente no queda más remedio) aprenderán a convivir, a estar sin sus padres y a ser más independientes. Todo ello será muy beneficioso para ellos.
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Algunos expertos dicen que, superada la primera noche, superado el problema. En estos primeros días en un campamento de verano es fundamental el papel del monitor, que será el encargado de generar confianza y seguridad en el niño. Deberá mostrarle todo lo bueno que le queda por descubrir.
Los juegos harán que los niños comiencen a conocer, a integrarse y a saber más unos de otros. De hecho existen juegos especialmente preparados para estos primeros días del campamento de verano. Fomentan la cooperación y el trabajo en equipo. Las actividades de los campamentos de verano ayudan a los niños a crecer y desarrollarse a la vez que se divierten y disfrutan de su tiempo libre con otros chavales de su edad.
En realidad es normal que los primeros días en un campamento de verano sean duros, imaginaos, es un lugar nuevo, con gente diferente, es que hasta muchos mayores no lo llevarían bien poniéndonos en su lugar. Puede aparecer sentimiento de nostalgia pero seguro que una vez iniciados los juegos y la convivencia se olvidará rápidamente…
