Entre la variada oferta de actividades veraniegas para los niños, existe la opción de los campamentos cristianos, una apuesta que va más allá de lo de siempre, ya que además de ofrecer divertidos juegos y promover la práctica deportiva se potencia la educación en valores. Suelen organizarse desde parroquias o congregaciones religiosas dedicadas a la educación, y en la mayoría de los casos cuentan con una larga trayectoria que avala el éxito de sus propuestas.
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Los campamentos cristianos trabajan con profesionales especializados que, además de contar con conocimientos pedagógicos, tienen alguna vinculación con el cristianismo, ya sean catequistas, voluntarios o religiosos. Quien haya tenido la oportunidad de visitar alguno de ellos se sorprenderá gratamente por el buen clima que se respira en el campamento, donde tanto sus monitores como todo el personal de apoyo transmiten alegría y dinamismo. Entre sus múltiples actividades tiene un lugar destacado la enseñanza de la fe, pero siempre desde una perspectiva lúdica y vitalista, consiguiendo que los pequeños asimilen valores universales como la solidaridad o el compañerismo y aprendan a desarrollar empatía hacia los demás.
Vida en la naturaleza y enseñanza de la fe
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Generalmente, los enclaves escogidos por los campamentos cristianos destacan por estar en plena naturaleza y alejados de centros urbanos, de forma que los niños salgan de su entorno habitual y aprendan a desenvolverse en el medio natural. La dinámica del día a día incluye rutinas que implican a todos en las actividades cotidianas, estableciendo turnos para realizar algunas de las tareas necesarias para la convivencia en el campamento, como la limpieza o la puesta a punto de las zonas comunes.
Los momentos de ocio y relax al final del día se aprovechan para disfrutar en grupo de las noches frente a la hoguera, amenizando las veladas con acordes de guitarra y canciones que los más pequeños siempre recordarán, llenas de mensajes positivos que refuerzan los valores que se les intenta inculcar. Sin duda, es una experiencia que les ayudará a madurar, a hacer amigos y a vivir el verano de una forma diferente y enriquecedora.
Hay quien prefiere campamentos de verano de surf y otros optan por campamentos cristianos. ¡Para eso están los gustos de cada uno! Esta opción se convierte, también, en una vivencia inolvidable que les servirá para interiorizar aspectos basados en las relaciones humanas, valores encaminados a potenciar el trabajo en equipo, el respeto y la amistad, siempre teniendo presente las enseñanzas cristianas que recibirán no de manera demasiado forzada ni con calzador, sino que se trata de campamantos cristianos en los que todo se transmite con total naturalidad.