Durante un campamento de verano los juegos se desarrollan en entornos naturales donde los niños realizan todo tipo de actividades. ¿Sabías que jugar al aire libre tiene un montón de beneficios? Fomenta su creatividad, su imaginación y su autonomía. Y hay más… los vamos a conocer con detalle a continuación.
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- El niño que juega al aire libre despierta su curiosidad, su imaginación y su creatividad. Es un entorno nuevo muy distinto al que está habituado, un espacio abierto sin las “normas” que pueden existir entre las cuatro paredes de su casa o de la escuela. Debe aprender a tomar decisiones y resolver aquellos “problemas” que surjan durante estos juegos y durante la convivencia.
- Los diferentes sonidos, olores, texturas, la temperatura, todos los estímulos que el niño recibe cuando está jugando al aire libre, hacen que sus capacidades aumenten y pueda conocer mejor el mundo que le rodea. Todo ello se traduce en una mejora de su autonomía.
- Estos juegos permiten a los niños practicar ejercicio de una manera divertida y sin apenas darse cuenta. Seguro que van a correr, saltar y moverse un montón, algo muy beneficioso para su salud y para evitar problemas de sobrepeso.
- Durante el campamento de verano, con estos juegos en la naturaleza o en espacios abiertos, los niños interaccionan mucho y se establecen relaciones sociales muy interesantes, lo que redundará en que los pequeños se vuelvan más comunicativos, sociables e independientes al mismo tiempo. Se trabajan valores como el trabajo en equipo y el compañerismo.
- El juego y la diversión hace que se liberen endorfinas, la hormona de la felicidad. Es por ello que los más pequeños se sentirán con mejor ánimo, motivados, alegres y risueños, y acumularán un cansancio que les hará dormir muy bien por la noche.
- La incidencia del sol es muy positiva para los niños. Necesitan de los rayos solares para sintetizar la vitamina D y así sus huesos serán capaces de asimilar el calcio que necesitan para su desarrollo. Eso sí, es fundamental que jueguen siempre con protección solar en la cara, brazos y piernas, incluso con una gorra para evitar insolaciones si hace excesivo calor.
- Los juegos con agua al aire libre, por ejemplo, presentan un montón de posibilidades de aprendizaje y desarrollo. De este modo, fortalecerán habilidades motoras y de resolución de problemas, ampliarán su experiencia sensorial, fomentarán su creatividad, su coordinación y su desarrollo social y emocional. El agua relaja y ayuda a liberar tensiones y emociones.
Los niños y la naturaleza
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Que los niños entren en contacto con la naturaleza, como suele ser habitual en estos campamentos, sobre todo si tienen lugar en la montaña, también tiene un montón de beneficios para los más pequeños.
En la naturaleza el ambiente es tranquilo, sereno y relajado, por lo que los más pequeños no tienen sensación de agobio ni de estrés, y pueden dedicarse a lo más importante: a jugar y a pasarlo bien con los demás compañeros del campamento. Se fomenta el trabajo en equipo y la colaboración, aunque si el niño necesita algún momento de soledad y desconexión puede alejarse de los demás y sentarse a descansar tranquilamente.
La naturaleza les da, casi sin darse cuenta, un montón de herramientas para enfrentarse a sus miedos y superar retos: subir a ese árbol, y bajar sin caerse, encontrarse con ese bicho que siempre le ha dado miedo pero que ahora no queda más remedio que enfrentarse a él, construir una cabaña, una pasarela para cruzar un río… Verán que son más capaces de todo de lo que pensaban y aumentará la confianza en sí mismos y su autoestima.